Seguidores

jueves, 3 de mayo de 2007

OTRA NUEVA ESPECULACIÓN SUBVENCIONADA POR EL CONSORCIO DE TOLEDO.

CHIVATAZO. Jaime CUCO.OTRA NUEVA ESPECULACIÓN SUBVENCIONADA POR EL CONSORCIO DE TOLEDO.
Nuestro hombre en Toledo.

Otro nuevo caso en el que los gestores del Consorcio se comportan como generosos prestamistas de los especuladores de vivienda en Toledo. Los responsables actuales del Consorcio, lejos de orientar sus competencias restauradoras para favorecer una política pública de primera vivienda accesible, orientada a la persona que realmente habita el inmueble, se limitan a subvencionar actuaciones inmobiliarias fieramente mercantiles.

 

No se cuestiona el derecho de cada propietario a vender su inmueble, pero si es rechazable, desde una exigible ética (*) política y social, que se realicen mejoras en pisos con dinero público con el único fin de revalorizarlos para su venta privada. Sobre todo cuando, según se afirma e insiste desde la institución, el fin principal de las subvenciones públicas en vivienda del Consorcio es el habitante final del inmueble. Nada mas falso. En este caso, y en otros, el dinero público se ofrece, no al vecino final, sino al especulador, y se destina a realizar obras de mejora para incrementar el precio de la vivienda en el mercado libre, un precio final incrementado que deberá pagar el futuro residente, el habitante final. Curiosamente, en esta ciudad donde el descaro urbanístico es ya la forma normal de actuar de los constructores, la misma empresa que lleva la venta del inmueble privado restaurado con dinero público en la calle Ciudad, la inmobiliaria Castaño, también gestiona la venta de una casa catalogada con valor patrimonial P, decena de años abandonada, en ruinas, y a punto de caerse.

  # PULSAR IMAGEN PARA ACCEDER A ALBUM DE FOTOS.

Un caso mas, entre los no escasos y muy vistosos ejemplos aun existentes en el Casco, en los que ni el nefasto departamento de urbanismo municipal, ni el don tancredo negociado de patrimonio de la Junta ordenan ni una sola ejecución subsidiaria en ningún edificio tan valioso como ruinoso para proteger o restablecer la legalidad patrimonial urbanística que establece el PECTH para estos casos de abandono especulativo en el mantenimiento de inmuebles. Parece ser que en estos casos la administración pública solo sirve para dar subvenciones a los especuladores a través del Consorcio, que así funciona como un tonto útil con prestigio. (*) Tal vez contraponer ética y urbanismo en la actualidad es situar frente a frente a dos enemigos mortales entre sí.